Los antiguos pozos de nieve  o neveras, son elementos representativos de la Arqueología Industrial de Castilla-La Mancha, y Protegidos por la Ley del Patrimonio Histórico Español.

Eran unas construcciones que se excavaban en la tierra en zonas orientadas al norte, procurando realizarlas Lejos de las zonas húmedas y arcillosas.

 Normalmente eran de planta circular con muros de contención, de mampostería -o piedra seca- con o sin argamasa levantando dos paredes formando un único muro, con una cámara de aire interna que se rellenaba para potenciar el aislamiento con ceniza, carbón machacado, paja o corteza de árbol picada, etc., terminado en pendiente con desagüe al exterior

En La cubierta, se dejaban una abertura para la introducción de la nieve.

Su función era el almacenaje de nieve invernal para su posterior uso en meses estivales. La llevaban a los pozos de nieve o neveros, donde se machacaba y apisonaba formando una masa compacta y sin huecos con el fin de convertirla en hielo. Después se cubría con hojas, paja o ramas formando varias capas de un grosor homogéneo.

. En el fondo del pozo, se situaba un emparrillado de madera o piedra, para separar el hielo del suelo y dejar escurrir el agua a la tierra

En verano el hielo se cortaba en bloques por medio de hachas, ganchos y picas, y se extraía por la puerta habilitada para ello, utilizando bien un torno portátil con su maroma, bien poleas ancladas a la pared interior de la nevera, luego eran transportados a lomos de caballos, burros y carros, en bloques sueltos o en cajas aislantes de madera durante la noche para evitar que se derritiera, hasta los puntos de venta más cercanos, donde se vendían al peso.

 Existían dos tipos de neveras: públicas y privadas

Publicas: los pozos pertenecían al ayuntamiento y este los arrendaba a particulares, bajo contrato y por un determinado periodo de tiempo. Con ello se aseguraba el abastecimiento a la población y se trataba de impedir la especulación y encarecimiento del producto.

Privadas: Este sistema era más común en las grandes ciudades, debido a Las inmensas cantidades de Hielo necesarias para el abastecimiento de su población, para lo que era necesario disponer de una extensa red de distribución, venta y gestión.

Su mayor esplendor se produjo durante los siglos XVI y XIX, Su decadencia y abandono se produce en el siglo XX, con la aparición de los primeros frigoríficos

En el Boletín Oficial de Bienes Nacionales de la provincia de Cuenca, de fecha 13 de junio de 1863, se anunciaba la subasta de la mitad de un pozo de nieve existente en Belmonte:

“La mitad de un pozo de nieve, sito en la calle de Villanueva, procedente del Estado, adjudicado a la Hacienda por el alcance hecho por D. Mateo Rodrigo Gómez, administrador que fue de Loterías del Partido de dicha villa; linda a S. y M. la muralla, P. Eugenio González, y N. Isidro Serna; ha sido capitalizado por la renta de 70 rs. Dada por los peritos, deducido el 10 por 100 en 1260 reales, y tasado primera vez, en 1400 rs., cuya cantidad sale a subasta”.

Fue adquirido por Eugenio González, vecino de Belmonte, mediano labrador, por 824 reales.

 

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Bibliografía:

– Pedro A. Ayuso y Vivar: Pozos de hielo y nieve en el alto Aragón.

Boletín oficial de Bienes Nacionales de la provincia de Cuenca, pag 2. De 13 de junio de 1863

Wikipedia

­-El Rincón del Vago: Los pozos de hielo.