Semblanza de Sor María de la Cruz. Nacida en Belmonte y muerta en Hellín

Hija de Juan de Baeza Reillo y Antonia Jaén Ruiz, nació en Belmonte el día 5 de abril de 1648.

Al poco de nacer, murió su madre y cuando tenía 6 años, su padre. Sus parientes, para desembarazarse de ella y de su hermano mayor, Francisco, se los entregaron a unos arrieros de Cehejin que iban a Murcia. El viaje lo hizo atada a un saco sobre un mulo, con el fin de evitar que se cayera; por el camino hicieron noche en un mesón de Hellín, donde coincidieron con un caballero llamado Alfonso Vela, de la misma villa, quien al conocer la historia de los niños se ofreció a quedarse con ellos, haciéndose cargo de la niña una hermana de su mujer y del niño un mediero suyo.

Cuando tenía 10 años sufrió un envenenamiento debido a la ingesta de hierbas venenosas, teniendo que estar un año en cama y quedando coja de por vida.

Desde muy pequeña destacó por sus inclinaciones religiosas, culminando con su ingreso en la Orden Franciscana y tomando el nombre de María de la Cruz en el convento de santa Clara de Hellín, provincia de Albacete.

Como dato curioso, la crónica dice que fue registrada con el nombre de María de la Cruz por error, ya que el franciscano encargado de anotar el nombre, era duro de oído, y entendió ese nombre, cuando realmente la nueva novicia le dijo: María de Jesús, por lo que cuando llegó el momento de los votos perpetuos y se quiso rectificar, el visitador no quiso variar el nombre, por entender el clérigo: “Ser orden y disposición de Dios que así se llamase toda su vida…y ella como tan humilde y obediente así lo ejecutó…”

Antiguo convento de Santa Clara de Hellín

Con el tiempo, su fama de gran espiritualidad, persona santa y curaciones, se extendió; numerosas personas se acercaban hasta el convento de santa Clara de Hellín, con el fin de pedir sus consejos.

Sus elevaciones del suelo eran frecuentes, así como sus momentos extáticos. Llegó a estar once días seguidos en estado de éxtasis, apreciándosele sólo la respiración y el pulso.

Entre sus milagros está el llamado de la Virgen de la Pera, en la iglesia de la Arciprestal de Hellín, como cuenta Emiliano Martínez en el “Baúl de Los recuerdos”: …«Su primera visión, antes de entrar en el monasterio, la tuvo en el templo Arciprestal de Hellín, ante la imagen de la virgen de la Pera, que presidia el retablo mayor. Al suplicarle protección, vio como la sagrada imagen le volvía sonriente los ojos y le dio a su divino Niño, para que lo tuviese en sus brazos y la consolase”…

Su prodigio más famoso fue el conocido como el hecho milagroso de la Cruz de la Langosta. Por aquella época hizo su aparición una gran plaga de langosta, que amenazaba con arruinar las cosechas, por lo que acudieron a pedir ayuda a sor María de la Cruz. Esta les dio una cruz de madera que tenía en su celda, diciéndoles que la paseasen por los campos infectados y la clavaran en un cerro. Con lo que la plaga desapareció. Los hellineros, en agradecimiento, levantaron una ermita para conmemorar este hecho.

Hoy en día el cerro donde se levantaba se le conoce con el nombre del cerro de la Cruz de la Langosta.

El día 3 de mayo se celebra una fiesta local, como recuerdo del milagro de la plaga de la langosta del siglo XVIII.

Capilla. Reja del Coro Bajo, donde se enterró a Sor Mª de la Cruz Baeza

Padeció una gran enfermedad que durante toda su vida fue deformando su cuerpo, muriendo en olor de Santidad en el año 1754, siendo enterrada en el Coro Bajo del Monasterio de Santa Clara de Hellín.

Bibliografía:

  • Santa Clara, Hellín. Historia del Monasterio.
  • AMSC, CLARES, vida prodigiosa de Sor María de la Cruz Baeza. Hellín.sf.
  • Belmonte, Cuna de fray Luis de León, de Luis Andújar Ortega
  • Mujeres, Iglesia y Secularización, de Juan B.Villar y María Jose´Vilar
  • Baúl de los recuerdos de Hellín
  • El Digital de Hellín, artículo de Conchi Ruescas
  • La Tradición del día de la Cruz, de José Antonio Iniesta

Miguel Ángel Vellisco Bueno